Los mexicanos siempre hemos tenido mucha madre!!!

Cada año, había un ganador y era el muchacho que más dinero ahorraba, día a día depositaba su ahorro y siempre obtenía jugosas cuentas, los envidiosos decían que no era chiste, que simplemente nomás agarraba del cajón de venta del puesto del mercado de su papá, pero aparte de cantidad lo hacía todas las veces que asistía a clase y para no variar, nunca faltaba.

El resto de los muchachos, juntábamos poca cantidad de dinero, pero nos servía para comprarle algún regalo a nuestras madres, curiosamente siempre eran jarras, vasos o hasta una cacerola artículos para el hogar, no recuerdo quien nos inculcaba que los mejores regalos tenían que ser de este tipo, pocos en verdad hablaban de regalos que usara en su persona la mamá, incluso ni las maestras hacían el comentario, no cabe duda de que nuestros años de pequeño seguían siendo una costumbre de este Aguascalientes de 200. 000 habitantes, ¡otro Aguascalientes!.

El festival que con tiempo se preparaba para “el día de las madres” era en verdad bonito, todos los muchachos gustábamos en practicarlo y el mero día era para lucirnos, más de uno teníamos dos pies izquierdos, pero por ganas no quedaba y en más de una ocasión quedó espectacular, poemas a la madre, bailables y abrazos fuertes.

La madre siempre ha sido un ícono para nuestras vidas, conocí a muchachos donde su padre era un verdadero tirano y como se decía antes “los traían muy cortitos”, eran padres chapados a la antigua, donde solo su voz se escuchaba, más allá de la de su mamá, solo lo que ellos decían estaba bien dicho, y si se equivocaban pues volvían a mandar.

L@s muchach@s en casa, no les quedaba otra que obedecer, aunque más de algún@ gozaba de los apoyos y complicidad de su madre, un verdadero oasis de dulzura y comprensión; quien no tiene una historia de salvación de tunda por parte de su madre cuando un iracundo padre blandeaba un cinturón o esgrimía lo que podía, y vaya que había padres que “pegaban con lo que fuera y en donde se pudiera”.

He escuchado con desagrado algunos adultos que se expresan mal de sus madres, e incluso han comentado que no tienen relación alguna; que ocasionaría esa situación tan lamentable, en verdad vale la pena, mi respuesta es que no podemos vivir recordando las épocas malas, los regaños, las tundas, total, si nos la dieron a lo mejor la merecíamos.

El único amor desinteresado y reciproco es el de nuestra madre, cuantas historias tenemos para recordar o contar, hoy podemos mirar de frente, hacer una mueca de recuerdo y soltar una risotada por alguna broma que hicimos con la complicidad de ese bello personaje de las familias mexicanas, llamada “jefa o madre”.

DIOS LAS BENDIGA SIEMPRE.
A las que ya no están con nosotros, que no se les olvide, que las dejamos marchar solo con una condición “que nunca se fueran de nuestro pensamiento” y era en serio.

Por: Rosalío Villalobos